La grasa es un parte fundamental de una dieta saludable. Es el principal aporte de energía y, para los niños en edad de desarrollo, este macronutriente es especialmente importante. Pero, como hemos comentado en muchas ocasiones, no todos los tipos de grasa son igualmente sanas. Por ello, si queremos que nuestros hijos se alimenten de la forma correcta es necesario conocer la importancia de las grasas en el desarrollo infantil y cuál debe ser la fuente principal de la misma en cada etapa.
Lo que debes saber sobre la influencia de las grasas en el desarrollo de los más pequeños.
- ¿Qué función cumple la grasa en su desarrollo?
- ¿De donde procede la grasa que consumen los niños?
- ¿Cómo incluir el aceite de oliva virgen extra en su dieta?
1. ¿Qué función cumple la grasa en su desarrollo?
Pese a su mala fama, las grasas son elementos indispensables para el organismo y su aporte sólo se realiza a través de la dieta. La grasa tienen un función estructural importante ya que aporta los ácidos grasos y el colesterol necesario para formar las membranas celulares en todos los órganos. De hecho, algunos de estos órganos se componen principalmente de grasa.
Así pues, el consumo de grasa es sumamente importante durante la infancia y la adolescencia, es decir, durante la etapa de crecimiento y desarrollo, si bien sigue siendo especialmente relevante en la edad adulta. Es por esta razón que hay que prestar especial atención a los lípidos que consumimos, es decir, a los alimentos que incluyen grasa y a la calidad de estos, sobre todo si queremos proporcionar la mejor alimentación a los más pequeños de la familia.
2. ¿De donde debe proceder la grasa que consumen los niños?
La fuente principal de administración de grasa, dependerá de la etapa de crecimiento:
2.1. Para los bebés de hasta dos años.
El aporte principal de grasa será la leche materna que, si bien tiene un componente graso variable en función de la etapa de lactancia y otros factores, contiene los nutrientes que más necesita el bebé. Más concretamente, la leche materna contiene ácidos grasos Omega 3 y 6 y ácido oleico fundamentales para el desarrollo de los órganos, que serán elementos que debamos buscar en nuestra alimentación adulta. Además, contiene factores que le ayudará a realizar la digestión de las grasas y conseguir su energía.
Durante el primer año, el contenido graso del cuerpo del bebé va a aumentar de un 16% a un 25%. Esta grasa es necesaria como reserva energética frente a los distintos procesos y enfermedades habituales por los que pasa el pequeño. Por ello, cuando comienza la alimentación complementaria a la leche materna, es necesario tener en cuenta una ingesta de grasa suficiente.
Así pues, y siempre bajo la supervisión del pediatra, además de la habituales hortalizas, verduras y cereales que suelen darse a partir delos 6 meses, para cumplir con el requerimiento de energía que necesitan los recién nacidos, es posible incorporar el aceite de oliva virgen extra en su nutrición gracias a sus muchos beneficios a largo plazo. De lo contrario, con la ingesta sólo de verduras, el aporte graso del bebé sería insuficiente.
2.2. Para los niños de 2 a 6 años.
A partir de los dos años de edad, los lípidos siguen siendo fundamentales, si bien el contenido graso del cuerpo desciende para quedarse en un 12 a 15% del peso corporal hasta llegar a la adolescencia. En esta etapa la grasa, especialmente la insaturada, es importante para garantizar un crecimiento estable y un adecuado desarrollo mental y del sistema nervioso.
Por ello, asociaciones pediátricas como la española (AEP) recomiendan usar aceite de oliva virgen extra como grasa principal conforme se vaya retirando la leche materna. Esta fuente de grasa junto con otros alimentos que aporten una mayor cantidad de ácidos grasos insaturados (monoinsaturados u Omega 9 y poliinsaturados u Omega 3 y 6) serán importante para los niños y su crecimiento.
2.3. A partir de los 6 años.
Como es evidente, el aceite de oliva virgen extra no es la única fuente de grasa saludable. Existe una serie de alimentos grasos que complementa una dieta equilibrada como es la dieta Mediterránea y que son especialmente interesantes introducir en la alimentación incluso antes de los 6 años de edad.
Si deseas conocerlos más en profundidad y saber qué tipos de grasa existen y cuáles son más recomendables incluir en la dieta para mejorar la alimentación de tus hijos, te aconsejamos visitar nuestro artículo sobre grasas saludables donde aprenderás qué tipo de alimentos grasos son más nutritivos y sanos.
3. ¿Cómo incluir el aceite de oliva virgen extra en su dieta?
Así pues, como hemos comentado, a partir de los 6 meses de edad es recomendable que los niños consuman aceite de oliva, siempre virgen extra. Pero, ¿cómo incorporarlo? Por ejemplo, cuando comienza la alimentación complementaria a la leche materna, se pueden realizar purés de patata y zanahoria e incluir la cantidad equivalente a una cucharadita de este aceite en crudo.
No obstante, es cierto que acostumbrar a un niño tan pequeño a su consumo no siempre va a ser fácil. El aceite de oliva tiene un sabor distintivo al que hay que habituarse, por esta razón la variedad más óptima para administrar durante la infancia es la Arbequina. Su sabor no es tan intenso como el de otras variedades por lo que resulta la mejor opción con la que iniciar a los niños en el consumo de aceite de oliva virgen extra.
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