La Sibil·la es un signo de identidad del que los mallorquines se sienten orgullosos. Tras unos años en los que se redujo su presencia en las celebraciones litúrgicas de la Navidad, en los últimos 30 años se ha recuperado su representación, convirtiéndose, en muchas ocasiones, en el motivo principal de asistencia a la Misa de Maitines o Misa del Gallo.
Así, en los hogares de Mallorca la tradición dictaba una cena de Nochebuena (la víspera del día de Navidad) en la que se reunía la familia para degustar juntos el frito mallorquín de porcella. Tras la cena, las familias se dirigían a su parroquia para asistir a la Misa de Maitines, a la que seguía una chocolatada con ensaimada ya de madrugada.
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El Cant de la Sibil·la
Ciertas representaciones aparecen como parte de la celebración litúrgica en la Edad Media. Su función era facilitar al pueblo llano la comprensión y memorización de pasajes de la Biblia, Nuevo Testamento o dogmas eclesiásticos. La representación de la Pasión de Cristo, celebrada en Pascua, o la adoración de los Reyes Magos, en Navidad, son algunos ejemplos.
Origen del canto
En las antiguas Grecia y Roma, las sibilas eran mujeres que poseían el don de la clarividencia. Tras la llegada del cristianismo al imperio, las sibilas fueron asimiladas como profetisas, atribuyéndoles el anuncio de la llegada de Jesucristo.
De esta forma, la representación de la Sibila en la que una profetisa relata el advenimiento de del Juicio Final, la llegada de Jesucristo y las catástrofes que le acompañarían, pasó a ser una pieza que se representaba durante la misa de Nochebuena en todo Mediterráneo Occidental.
Así, en las nochebuenas frías, y muchas veces lluviosas, de la Edad Media, un niño varón o un joven contratenor asumían el papel de una sibila y, desde el púlpito, y alumbrado por apenas unas velas, profetizaba la llegada del juicio final y el castigo a todos los impuros.
La Sibila narraba los terribles acontecimientos en un canto gregoriano en latín, occitano, castellano, catalán, gallego o euskera, sosteniendo una espada que, al final de la representación, marcaría una cruz imaginaria. En Mallorca, y solo en algunas iglesias, al final de la representación, la Sibila corta con la espada un pequeño hilo que sostiene un bizcocho.
Su prohibición y (casi) desaparición
Durante el Concilio de Trento (1565) se prohibieron las representaciones y danzas que tuvieran lugar en los templos y, aunque el Concilio de Toledo permitió de nuevo su celebración, lo hizo siempre que no se diera durante la liturgia.
Así la Sibila dejó de subir al púlpito las noches en vísperas de Navidad y su celebración cayó en el olvido. Sin embargo, en Mallorca (España) y Alguero (Cerdeña, Italia, en aquella época, parte del Reino de Aragón), continuó realizándose hasta nuestros días, con la oposición de las jerarquías eclesiásticas pero el consentimiento de la iglesia local.
No fue hasta el Concilio Vaticano II (1965) cuando las mujeres pudieron asumir el papel de sibila en la representación.
Letra del Cant de la Sibil·la
Los primeros textos de los que se tiene constancia fueron redactados en latín en el siglo X. Ha sido la tradición oral la que permitió que llegara hasta el siglo XIX, momento en el que se documenta.
El hecho de haber sido la tradición oral la que hizo que perviviera también hizo que fueran numerosas las versiones que nacieran a partir del original.
Catalán
Lo jorn del Judici
parrà el qui haurà fet servici.
Jesucrist, Rei universal,
home i ver Déu eternal,
del cel vindrà per a jutjar
i a cada u lo just darà.
Gran foc del cel davallarà;
mars, fonts i rius, tot cremarà.
Daran los peixos horribles crits
perdent los naturals delits.
Abans del Judici l’Anticrist vindrà
i a tot lo món turment darà,
i se farà com Déu servir,
i qui no el crega farà morir.
Lo Sol perdrà sa claredat
mostrant-se fosc i entelat,
la Lluna no darà claror
i tot lo món serà tristor.
Lo seu regnat serà molt breu;
en aquell temps sots poder seu
moriran màrtirs tots a un lloc
aquells dos sants, Elies i Enoc.
Als mals dirà molt agrament:
—Anau, maleits, en el turment!
anau-vos-ne en el foc etern
amb vòstron príncep de l’infern!
Als bons dirà:—Fills meus, veniu!
benaventurats posseïu
el regne que us he aparellat
des que lo món va esser creat!
Oh humil Verge! Vós qui heu parit
Jesús Infant aquesta nit,
a vòstron Fill vullau pregar
que de l’infern vulla’ns lliurar!
Lo jorn del Judici
parrà qui haurà fet servici.
Castellano
El día del juicio llegará a quien haya servido.
Jesucristo, Rey Universal,
hombre y verdadero Dios eternal,
del cielo vendrá para juzgar
y a cada uno lo justo dará.
Gran fuego del cielo bajará,
mares, fuentes y ríos, todo quemará,
los peces darán grandes gritos,
perdiendo los naturales deleites.
Antes del juicio el Anticristo vendrá,
y a todo el mundo tormento dará,
y se hará como Dios servir,
y quien no le crea hará matar.
El sol perderá la claridad
mostrándose oscuro y empañado,
la luna no dará luz
y todo el mundo será tristeza.
Su reino será muy breve,
en aquel tiempo bajo su poder
morirán mártires, todos en un sitio,
aquellos dos santos, Elias y Enoc.
A los malos dirá muy agriamente:
– ¡Id, malditos, al tormento!
idos al fuego eterno
¡Con vuestro príncipe del infierno!
A los buenos dirá: – ¡Hijos míos, venid!
¡Bienaventurados, poseed
el reino que os he dado
desde que el mundo fue creado!
¡Oh humilde Virgen! Tú que has parido
al niño Jesús esta noche,
¡A vuestro hijo rogad
que del infierno nos quiera librar!
El día del juicio llegará a quien haya servido.
Dónde escuchar el Cant de la Sibil·la
El Cant de la Sibil·la se representa en casi todas las iglesias de Mallorca. Destacaremos, por su cercanía o especial relevancia, las celebradas en
- Representada en la iglesia parroquial. https://www.facebook.com/watch/?v=354444392010678
- https://www.youtube.com/watch?v=gN3O6P8ZFP4
- Catedral de Mallorca.
- Sant Francesc (San Francisco).
- Monasterio de Lluc.
El Cant de la Sibil·la, patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO
Las características que hacen de la Sibila una fusión entre la música culta y la popular, el arraigo de esta celebración en la población, pese a ser numerosas las costumbres que llegan de fuera y que sustituyen a las tradiciones locales, y su supervivencia de forma prácticamente intacta a lo largo de ocho siglos de existencia, hicieron que la UNESCO incluyera el Cant de la Sibil·la como uno de los 192 elementos denominados como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
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