Deportista consumiendo aceite de oliva virgen extra
Si eres una persona que practica deporte con regularidad, seguro que cuidas tu alimentación. Tus necesidades proteínicas y energéticas son mayores que el del resto de la población y deben ser cubiertas con productos de excelente calidad ya que, de otra forma, pueden influir negativamente en tu rendimiento.
El aceite de oliva, pero solo cuando es aceite de oliva virgen extra, es un perfecto aliado para los deportistas. No solo actúa a medio plazo, sino que también tiene beneficios a corto plazo.
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En la dieta habitual de un adulto, la aportación energética de las grasas debe representar entre el 25% y el 30% del total. Esta aportación energética no puede ser sustituida por otra, ya que los ácidos grasos que contiene son también imprescindibles para mantener una correcta salud.
Es por eso que las grasas que consumimos deben ser de excelente calidad; como habréis leído en otras ocasiones, debemos evitar las grasas saturadas (bollería, mantequilla, carne, aceite de coco o palma) sustituyéndolas por grasas saludables: monoinsaturadas (aceite de oliva virgen extra) y poliinsaturadas (pescado azul y frutos secos).
En un deportista, mantener una buena salud del sistema circulatorio es una tarea imprescindible. Durante la práctica intensiva del deporte, el sistema circulatorio es puesto a prueba; las pulsaciones se incrementan y el corazón bombea más sangre hacia las aortas, que deben estar preparadas para aceptar el mayor flujo sanguíneo.
Como hizo patente el estudio PREDIMED, el aceite de oliva es el alimento más importante en una dieta preventiva de accidentes cardiovasculares. Su consumo habitual moderado reduce en un 30% la posibilidad de sufrir un infarto de miocardio, un ictus o un infarto cerebral, para mantener a raya el colesterol y evitar la formación de placas arteroescleróticas y de coágulos.
Precisamente es una de las grasas poliinsaturadas, el Omega 3, quien nos ayuda a la formación y el mantenimiento de nuestra musculatura, tan importante para un deportista, que está expuesta a un importante desgaste.
Esta es, de nuevo, una propiedad derivada de la presencia del Omega 3 en el aceite de oliva virgen extra, que lo convierte en un excelente antiinflamatorio natural. Y esto ayuda de forma decisiva en la recuperación de los deportistas tras un sobreesfuerzo.
A medida que la intensidad del ejercicio aumenta consumimos una mayor cantidad de oxígeno, produciendo como resultados radicales libres. Estos radicales son los responsables del cansancio, pero también del envejecimiento y de las enfermedades cardiovasculares.
La aportación de vitamina E convierte al aceite de oliva en uno de los mayores aportes de antioxidantes, que son los encargados de contrarrestar los daños que producen a la célula los radicales libres.
De la investigación realizada por Jesús de la Osada, Catedrático de Bioquímica en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, en el aceite de oliva virgen extra se encuentra presente el hidroxitirosol, una sustancia con una potencia antioxidante aún mayor que la propia vitamina E.
Además de lo que te indique la lógica, y esto es, utilizar el aceite de oliva virgen extra para aliñar ensaladas y cocinar pescados, carnes y verduras, incorpora el desayuno mediterráneo a tu dieta: un par de rebanadas de pan tostado y tomate, todo rociado generosamente con aceite de oliva virgen extra.
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