Invocación a la protección de Santa Catalina Thomás, Pina
Dedicamos este tercer artículo a Pina, una pequeña pero encantadora localidad situada en el Pla de Mallorca, no muy lejos de Algaida y Montuiri.
Pina es conocida por su tranquila belleza rural y su especial carácter local, manteniendo todavía una identidad fuertemente arraigada a la agricultura.
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Pina es un pequeño pueblo perteneciente al término municipal de Algaida en Mallorca. Este territorio cubre un área de alrededor de 14km2 y es el hogar de aproximadamente 600 habitantes.
Ubicado a 28 kilómetros de la capital de la isla, Palma, Pina está conectado con ella a través de la carretera principal que une la capital con Manacor.
El nombre de Pina proviene del término latino “Pinna”, que significa peña o roca. Es un nombre muy apropiado para el pueblo, ya que se sitúa en una colina que sobresale en el plano paisaje agrícola circundante.
Los primeros asentamientos documentados en la región de Pina datan de la época talayótica, una cultura prehistórica que existió en las Islas Baleares aproximadamente entre los años 1300 y 100 a.C.
Durante la ocupación romana, la zona fue incorporada al Imperio Romano como parte de la provincia de Hispania. Sin embargo, debido a la naturaleza rural de la región y su lejanía de las principales ciudades y rutas comerciales, la influencia romana en Pina y sus alrededores fue probablemente limitada.
La llegada de los musulmanes a las Islas Baleares en el siglo X trajo cambios significativos. Durante este período, la agricultura y la irrigación mejoraron notablemente, y Pina, como parte de la “juz’a de Muntuy” (la actual zona de Montuiri), probablemente se benefició de estos avances.
El asentamiento de Pina, tal y como lo conocemos hoy, empezó a tomar forma después de la conquista cristiana de la isla en 1229 por parte del rey Jaime I de Aragón. Durante la posterior repoblación y redistribución de la tierra, se formaron muchos de los pueblos y aldeas que existen hoy en la isla, incluyendo Pina.
En la actualidad, todavía se pueden encontrar en Pina y sus alrededores diversos restos arqueológicos que atestiguan su larga y variada historia, desde construcciones talayóticas hasta vestigios de épocas posteriores.
Aunque es un pueblo pequeño, Pina tiene un impresionante núcleo histórico. Caminando por sus estrechas calles empedradas, se pueden apreciar hermosas casas antiguas de piedra, algunas de las cuales datan del siglo XVI. Este encanto arquitectónico aporta un ambiente único y un encanto rústico al pueblo.
Pina es reconocido por su idílica plaza, la Plaça de la Beata, que cuenta con una encantadora iglesia, la Iglesia de San Cosme y San Damián. Esta iglesia, junto con los alrededores de la plaza, forma el núcleo de la vida del pueblo.
La disposición de las calles en Pina, que serpentean a través del paisaje agrícola, refleja su historia y cultura. Al observar un mapa de Pina, se puede apreciar la cercanía de la Plaça de la Beata, donde se encuentra la iglesia de San Cosme y San Damián, un lugar central en la vida del pueblo. Esta plaza es el punto de encuentro para eventos culturales y festividades locales.
A pesar de su tamaño, Pina tiene una fuerte sensación de comunidad. Los eventos locales, como las fiestas patronales y el mercado semanal, reúnen a los residentes y brindan a los visitantes una visión auténtica de la vida en Mallorca. Además, los lugareños son conocidos por su hospitalidad y amabilidad.
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Además de su pintoresca plaza, Pina ofrece otros atractivos como su bello paisaje rural. Aquí podrás ver una gran cantidad de antiguos pozos de agua que se utilizaban para regar los campos.
Sor Catalina Thomás, conocida como “La Beata”, es una figura muy importante en la historia de Mallorca. Nació el 1 de mayo de 1531 en Valldemossa y es la única santa oficialmente reconocida de las Islas Baleares.
Aunque nació en Valldemossa, Sor Catalina Thomás tiene una fuerte conexión con el pueblo de Pina. Después de tomar sus votos y convertirse en monja, fue trasladada al Convento de las Canónigas de San Agustín en Palma. Durante este tiempo, según la tradición, realizó numerosos viajes por la isla, incluyendo visitas frecuentes a Pina.
Durante uno de estos viajes a Pina, se dice que Sor Catalina Thomás llevó a cabo uno de sus famosos milagros. Mientras estaba en el pueblo, una gran sequía amenazaba los cultivos. Los habitantes de Pina pidieron a Sor Catalina que intercediera por ellos, y según la tradición, milagrosamente comenzó a llover, salvando la cosecha del pueblo.
Para conmemorar este milagro, se erigió una cruz de piedra, conocida como “Creu de la Beata“, en el lugar donde supuestamente se produjo. Hoy en día, esta cruz es un importante punto de referencia en Pina y un recordatorio constante de la conexión del pueblo con Sor Catalina Thomás.
Además, cada año, Pina celebra las festividades en honor a La Beata. Durante estas festividades, los residentes de Pina, así como visitantes de toda Mallorca, se unen para celebrar su vida y sus milagros con misas, procesiones y otras actividades.
Cabe mencionar que Sor Catalina Thomás fue canonizada por el Papa Pío VI en 1792. Aunque su día oficial de celebración es el 28 de abril, las fiestas en su honor suelen celebrarse en diferentes momentos del año dependiendo del pueblo.
En los alrededores de Pina, uno puede seguir la “Ruta de los Molinos”, un sendero que recorre los antiguos molinos de viento que una vez dominaban el paisaje de la isla. Aunque muchos de estos molinos ya no están en funcionamiento, todavía representan una parte vital de la historia y la identidad de Mallorca.
Para los amantes de la naturaleza, las áreas circundantes de Pina ofrecen muchas oportunidades para caminar y andar en bicicleta. Los paisajes abiertos, llenos de almendros, higueras y algarrobos, son especialmente hermosos en primavera cuando los almendros están en flor.
El “Torrent de Pina” es un curso de agua ocasional que se llena tras fuertes lluvias, proporcionando un espectáculo inusual y hermoso en este entorno generalmente seco.
El restaurante Es Celler de Pina es muy conocido y apreciado en la isla. Ofrece una variedad de platos mallorquines y españoles y es famoso por su excelente paella. Además, cuenta con una acogedora terraza con vistas a la plaza del pueblo.
Otro restaurante es Ca’n Xiscos, donde encontrarás las famosas tapas españolas y el variado mallorquín.
Además de los mencionados restaurantes, hay otros lugares en el pueblo donde se pueden degustar deliciosos platos locales. Los “panades” y “robiols”, dos tipos de pasteles tradicionales, son particularmente populares durante la Semana Santa y se pueden encontrar en la panadería local.
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Aunque Pina es un pueblo pequeño, cuenta con un mercado semanal que se celebra cada miércoles por la mañana en la Plaça de la Beata. Los visitantes pueden encontrar productos frescos locales, así como artesanía y otros productos.
La Fiesta Mayor de Pina, en honor a San Cosme y San Damián, es la celebración más importante del pueblo. Se lleva a cabo a finales de septiembre y presenta una variedad de actividades, incluyendo música en vivo, bailes y eventos deportivos.
Pina es un pequeño y tranquilo pueblo mallorquín que ofrece una oportunidad única para experimentar la vida rural en la isla, lejos del bullicio turístico de las zonas más concurridas. Con su rica historia, hermoso paisaje y encantadora comunidad local, es un lugar que vale la pena descubrir.
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