Especialmente en los países del litoral mediterráneo, es posible haber escuchado en alguna ocasión que tomar una cucharada de aceite de oliva virgen extra obra milagros. ¿Es esto cierto? ¿Es beneficioso tomar este aceite de oliva con el estómago vacío o se trata de un mito?
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El aceite de oliva virgen extra es uno de los productos alimenticios más característicos de la dieta Mediterránea. Es por ello que, durante generaciones, ha formado parte de muchos de los remedios tradicionales de los países que bañan este mar. Uno de ellos se centra en su consumo en ayunas. Pero, si lo tomamos a diario para romper el ayuno ¿se notarán realmente sus efectos?
En la actualidad son muchos los estudios científicos, como el de PREDIMED, que han evidenciado los beneficios que tiene el consumo de aceite de oliva virgen extra dentro de la dieta mediterránea. En términos generales esta fuente de grasa vegetal ha contribuido por mucho tiempo a un aumento de la esperanza de vida de los europeos del sur.
No obstante, aunque pueda desempeñar un papel fundamental para nuestra salud, todavía no se ha estudiado en profundidad sus efectos concretos en personas que lo tomen en ayunas, más allá de los beneficios generales que sí se conocen, independientemente de cuándo se consuma.
Eso sí, tras haber permanecido tantas horas sin comer, nuestro cuerpo llega a un estado de hipoglucemia que nos permite absorber con más eficacia lo que ingerimos inmediatamente después, de ahí que algunos científicos avalen la posibilidad de asimilar mejor sus nutrientes.
Es por esta razón que muchas personas comentan que, a lo largo del tiempo, han ido observando beneficios en la ingesta de aceite de oliva virgen extra en ayunas o incluso de su mezcla con jugo de limón y agua templada. Pero, más concretamente, ¿por qué podríamos elegir tomar esta fuente de grasa en ayunas?
Entre las muchas propiedades beneficiosas del aceite de oliva virgen extra que se han probado científicamente, existen algunas por las que muchos consumidores de esta fuente saludable de grasa podrían decidir tomar una cucharadita en ayunas. Por ello, si antes de preparar tu desayuno, empiezas el día con la ingesta de aceite de oliva virgen extra, podrías estar ayudando a tu organismo a:
Este aceite vegetal también beneficia el tránsito en nuestro intestino gracias a su composición en ácidos grasos saludables como los monoinsaturados y poliinsaturados que estimulan los procesos digestivos y ayudan a combatir el estreñimiento.
También se ha demostrado que su toma inhibe, de forma parcial, la motilidad gástrica. Es decir, por un lado, regulariza el tránsito de los alimentos entre el estómago y el intestino, ralentizando el proceso. Por otro, contribuye con el buen funcionamiento de la microbiota intestinal, evitando la trasmisión de patógenos nocivos y favoreciendo, así, la digestión y la absorción de nutrientes.
El aceite de oliva virgen extra cuenta con una serie de componentes que pueden neutralizar el efecto dañino de los ácidos gástricos que causan acidez y reflujo, actuando como una película protectora en las paredes del estómago. De ahí que muchas personas que sufren de estos problemas puedan beneficiarse de su consumo en ayunas.
Por esta misma razón, el aceite de oliva virgen extra puede ayudar con la resaca. Y es que, de acuerdo con la evidencia científica, la capa protectora en las paredes estomacales logra evitar el malestar que produce la ingesta de alcohol reduciendo la absorción del mismo.
Por otro lado, este aceite ha probado tener efectos saciantes que calman el apetito y la capacidad de promover la aceleración del metabolismo, lo que nos hace consumir más energía, gracias a un compuesto derivado del ácido oleico que se conoce como oleiletanolamida. Por ello, el aceite de oliva virgen extra, incluido en un estilo de vida saludable, puede ayudar a adelgazar.
Como decimos, estas son algunas razones que podrían motivar a la toma del aceite de oliva virgen extra en la mañana. No obstante, pese a no realizar esta ingesta en ayunas, todavía siguen existiendo un gran número de razones, además de las anteriores, por las que se debería primar su consumo sobre otras fuentes de grasa.
Si bien la Organización Mundial de la Salud, la OMS, recomienda que de la ingesta total de un adulto aproximadamente el 30% proceda de fuentes de grasa, es importante saber que no todas estas grasas son igual de sanas. Las grasas saludables son aquellas fuentes que proceden de alimentos sin procesar o mínimamente procesados y que conservan propiedades que benefician al organismo, como sucede con el aceite de oliva virgen extra que, además de los mencionados, cuenta con beneficios para la salud importantes:
Algunos estudios realizados por científicos de Filadelfia (EEUU) han demostrado que el aceite de oliva virgen extra cuenta con una molécula, el oleocanthal, capaz de actuar como analgésico natural, de una forma muy similar a como lo hace el ibuprofeno. Este componente, encargado de aportar amargor y acidez al aceite de oliva, es un agente antiinflamatorio polifenólico y, por tanto, tiene propiedades que luchan contra la inflamación.
Estas características del oleocanthal son las que nos pueden ayudar a prevenir enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson. Pero, además, son las propiedades responsables de que el aceite de oliva virgen extra nos ayude protegernos contra patologías como la artrosis o las enfermedades coronarias:
Una de las razones principales por las que es tan interesante el consumo de aceite de oliva virgen extra es porque este nos ayuda a disminuir el colesterol malo (LDL) y aumentar el que se conoce como colesterol bueno (HDL). En general, su consumo ayuda a prevenir numerosas enfermedades coronarias, regulando la tensión arterial y protegiéndonos de infartos de miocardio.
Como hemos comentado, este aceite reduce la acidez gástrica, estimula el tránsito intestinal y, además, favorece la mejor absorción de nutrientes, calmando problemas como la gastritis. Pero, además, gracias sus propiedades antiinflamatorias derivadas de compuestos fenólicos como el tirosol y el hidroxitirosol, ayuda a inhibir la proliferación de células cancerígenas en el aparato digestivo.
Del mismo modo, que lo hace sobre el sistema digestivo, el aceite de oliva virgen extra también actúa sobre el sistema hepatobiliar estimulando el funcionamiento de la vesícula biliar, ayudando a reducir la formación de cálculos biliares, es decir, disolviendo y expulsando piedras biliares.
Además de los previamente mencionados, el aceite de oliva virgen extra ha demostrado tener un efecto directo en la prevención del cáncer de mama y de ovario, ya que su toma reduce la progresión de estos tumores malignos.
Recuerda siempre que el consumo de aceite de oliva virgen extra debe estar integrado en una dieta saludable como la mediterránea en la que, además de este producto procedente de la aceituna, se incluyen otro tipo de alimentos tan deliciosos como beneficiosos para nuestro organismo.
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