Bahía de Pollença
Pollença, una pequeña ciudad del norte de Mallorca, es un verdadero tesoro para cualquier viajero. Con su rica historia, su pintoresco casco antiguo y las playas que la rodean, Pollença tiene todo lo que se puede desear en un destino de vacaciones.
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El nombre de Pollença tiene raíces históricas que se remontan a la época romana. Se cree que deriva del antiguo asentamiento romano de «Pollentia», que estuvo situado en la isla y sirvió como centro comercial y cultural.
Pollentia era conocida por su ubicación estratégica y su vida próspera. Aunque el origen exacto del nombre es incierto, es un claro indicio de la larga y rica historia de Pollença.
Pollença, un encantador municipio de la pintoresca campiña mallorquina, cautiva a los visitantes con su única combinación de cultura, historia y naturaleza. El pueblo es una verdadera joya que presenta con orgullo sus edificios históricos y sus estrechas calles, testigos de un pasado lleno de acontecimientos.
El centro histórico de la ciudad, con la iglesia parroquial de Santa María y el Convento de Santo Domingo, es un testimonio de la rica tradición de la ciudad. El popular centro vacacional de Port de Pollença y la idílica Cala Sant Vicenç también forman parte del municipio, habitado desde hace más de 3000 años.
La región ofrece una gran variedad de actividades de ocio, desde senderismo hasta deportes acuáticos. Pollença no es sólo un lugar de relax, sino también de inspiración, donde cultura y naturaleza van de la mano.
El mercado semanal de Pollença es uno de los más vibrantes de Mallorca y tiene lugar cada domingo por la mañana en la Plaza Mayor y sus alrededores.
Aquí se pueden encontrar productos frescos como frutas, verduras, embutidos y quesos, siendo populares el queso mahonés y la sobrasada mallorquina. Además de alimentos, el mercado ofrece artesanías como cerámica, cestería de palma y textiles bordados, típicos de la isla. Una curiosidad es que los habitantes de la zona suelen hacer las compras temprano, mientras que los visitantes disfrutan del ambiente más tarde, a menudo acompañados de música en vivo.
No faltan los puestos de flores, ropa y artesanías, perfectos para llevarse un recuerdo auténtico de la isla. El ambiente es animado, con músicos locales que llenan el aire con melodías mediterráneas, y las terrazas de los bares ofrecen el lugar ideal para disfrutar de un café mientras observas la vida pasar.
El mercado de Pollença tiene raíces que se remontan siglos atrás, cuando los agricultores y comerciantes locales intercambiaban sus productos. Hoy en día, es un lugar de encuentro tanto para residentes como para turistas.
El Puerto de Pollença, o “Port de Pollença”, es un lugar que captura la esencia del Mediterráneo. Este puerto, originalmente un pequeño pueblo de pescadores, se ha convertido en un elegante destino turístico que conserva su autenticidad. Su paseo marítimo, bordeado de pinos y restaurantes con terrazas, ofrece vistas espectaculares de la bahía. Es ideal para pasear al atardecer o disfrutar de una cena junto al mar con platos como la caldereta de langosta o pescado fresco. Además, el puerto es un punto de partida para actividades acuáticas como el paddle surf, vela y excursiones en barco, incluyendo visitas a la impresionante Cala Boquer.
El Puerto de Pollença, desarrollado a principios del siglo XX como un pequeño puerto pesquero, fue popularizado como destino turístico por artistas y escritores británicos que llegaron atraídos por la calma y la belleza del lugar. Destaca su Paseo de los Pinos, un camino que bordea la bahía, donde los pinos proporcionan sombra a lo largo de la playa.
Un dato interesante es que este puerto fue un importante punto estratégico durante la Guerra Civil Española, y todavía se pueden observar vestigios históricos en las cercanías. Hoy en día, es conocido por sus restaurantes que ofrecen cocina tradicional mallorquina.
La Playa de Pollença, conocida como “Platja del Port de Pollença”, es una de las playas más tranquilas y acogedoras de Mallorca. Su arena fina y aguas cristalinas, poco profundas, la convierten en un lugar ideal para familias con niños. Además, la playa cuenta con excelentes servicios, como alquiler de hamacas, sombrillas y una variedad de deportes acuáticos, desde el kayak hasta el windsurf. Los visitantes pueden disfrutar de largos paseos por la costa gracias al Paseo de los Pinos, una vía peatonal sombreada con vistas espectaculares al mar y a las montañas de la Sierra de Tramuntana.
Su localización dentro de la bahía protege a los bañistas de olas fuertes, convirtiéndola en una de las playas más seguras de Mallorca. Entre sus servicios destacan áreas de juegos infantiles, alquiler de equipos de deportes acuáticos y un paseo marítimo repleto de cafés y tiendas. Una curiosidad es que desde esta playa se pueden avistar barcas llaüt, embarcaciones tradicionales mallorquinas que aún se utilizan para la pesca o paseos turísticos
Subir los 365 escalones del Calvario de Pollença es una de las experiencias más emblemáticas del pueblo. Esta impresionante escalinata conduce a una pequeña ermita en la cima de una colina, construida en el siglo XVIII, desde donde se obtienen vistas panorámicas de la localidad, los alrededores y, en días claros, incluso el mar.
La subida al Calvario es una experiencia que combina historia, religión y ejercicio. Los 365 escalones, que simbolizan los días del año, están flanqueados por cipreses y pequeñas capillas que representan las estaciones del Vía Crucis. La ermita en la cima alberga una pequeña imagen del Cristo del Calvario.
Durante la Semana Santa, este lugar cobra especial relevancia con la procesión del Viernes Santo, conocida como “Davallament”, en la que una escultura de Cristo es descendida en una ceremonia solemne y conmovedora. A lo largo de la subida, las cruces y cipreses ofrecen un ambiente sereno que invita a la reflexión.
La ciudad antigua de Pollença es un laberinto de calles estrechas y empedradas que transportan a los visitantes a épocas pasadas. El centro histórico es famoso por sus casas de piedra con detalles tradicionales mallorquines, como persianas verdes y patios interiores.
Las plazas del casco antiguo son animados lugares de encuentro para lugareños y visitantes, especialmente la Plaça Major, donde cafés y restaurantes invitan a relajarse. El casco antiguo es también el centro de acontecimientos culturales, como conciertos y festivales, que se celebran durante todo el año.
También hay muchas pequeñas boutiques y tiendas de artesanía para explorar, que venden productos locales y recuerdos hechos a mano.
Entre los puntos destacados se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, construida en el siglo XIII por los templarios y con un magnífico rosetón que domina la plaza principal. Su interior destaca por el altar mayor decorado con un gran retablo barroco.
Otros lugares imprescindibles incluyen el Claustro de Santo Domingo, sede de conciertos y eventos culturales y Puente Romano, que cruza el torrente de Sant Jordi y es uno de los pocos ejemplos de infraestructura romana en la isla. Este rincón antiguo también alberga pequeñas galerías de arte y tiendas de productos locales, perfectas para explorar con calma.
Perderse por estas calles es un placer, con pequeñas galerías de arte y tiendas locales que ofrecen desde cerámicas hasta productos de cuero hechos a mano.
Pollença se encuentra en el norte de la isla de Mallorca. Desde el aeropuerto de Palma, la forma más fácil de llegar a Pollença es en coche, con un trayecto de unos 50 minutos. Alternativamente, hay conexiones de autobús que llevan a los huéspedes directamente desde Palma al centro de Pollença.
El trayecto hasta Pollença discurre por una ruta panorámica, entre olivares y la sierra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Su proximidad al mar y las buenas comunicaciones hacen de Pollença un punto de partida ideal para explorar el norte de Mallorca.
La escena gastronómica de Pollença es diversa y ofrece algo para todos los gustos. Los restaurantes tradicionales mallorquines sirven especialidades locales como el tumbet, un tipo de cazuela de verduras, o pescado y marisco fresco directamente del puerto.
Para una experiencia más exclusiva, hay restaurantes gourmet que combinan cocina innovadora con ingredientes locales. También hay numerosos cafés y bares de tapas, perfectos para un pequeño descanso mientras se explora la ciudad.
La gastronomía tradicional de Mallorca es una parte importante de la experiencia cultural en Pollença, y los visitantes no deben dejar de saborear los diversos sabores de la cocina de la isla.
Esta es una selección de restaurantes destacados para disfrutar de una experiencia culinaria auténtica y variada.
Ubicado en una antigua casa del casco antiguo, La Fonda es famoso por su cocina mallorquina tradicional. Sus platos estrella incluyen el frito mallorquín, cordero al horno y postres caseros como la ensaimada rellena. El ambiente rústico y la atención cercana hacen de este restaurante una parada imprescindible.
Este elegante restaurante, ubicado en el lujoso hotel Son Brull, es ideal para quienes buscan una experiencia de alta cocina. Su menú se basa en productos de temporada y locales, con platos creativos como el gambón de Sóller con hinojo marino o el cochinillo a baja temperatura. La carta de vinos destaca por su amplia selección de etiquetas mallorquinas.
En el corazón del casco antiguo, Cantonet ofrece un menú inspirado en la cocina mediterránea con influencias italianas. Su terraza al aire libre es perfecta para cenar durante las noches de verano. Entre los platos recomendados están las pastas frescas y los pescados del día.
Un clásico en la Plaza Mayor, Eu Centro es conocido por su ambiente animado y sus especialidades locales como el arroz brut y las tumbet. Es una excelente opción para disfrutar de una comida relajada mientras observas la vida en el corazón de Pollença.
Con más de 40 años de historia, Clivia es una referencia en Pollença. Este restaurante de estilo más formal se especializa en pescados y mariscos frescos, como la paella de mariscos y el bacalao confitado con pimientos asados. Su bodega es una de las más completas de la zona, con vinos que complementan perfectamente sus platos.
Para los amantes de la cocina italiana, Osteria 15 es una opción destacada. Su menú incluye desde pizzas al horno de leña hasta especialidades como el risotto de setas y trufa. Su ambiente acogedor lo convierte en un lugar ideal para familias y grupos pequeños.
Situado en el Puerto de Pollença, Quince combina sabores internacionales con ingredientes locales. Sus platos incluyen opciones exóticas como el curry de mariscos y el pulpo a la parrilla con salsa romesco. Su ubicación frente al mar lo hace especialmente atractivo.
En el Puerto de Pollença, este restaurante de gestión familiar es conocido por su ambiente cálido y su carta basada en recetas mallorquinas. El leche frita como postre es muy recomendable, al igual que los pescados del día preparados al estilo tradicional.
Con vistas a una tranquila plaza del casco antiguo, La Placeta ofrece una experiencia gastronómica más íntima. Sus especialidades incluyen platos vegetarianos y opciones sin gluten, además de clásicos como el cordero lechal y las croquetas caseras de sobrasada.
Port de Pollença, la zona costera de Pollença, es conocida por su larga playa de arena y su hermoso paseo marítimo. El agua cristalina de color turquesa es ideal para nadar y practicar deportes acuáticos.
El puerto deportivo es el corazón palpitante de la ciudad, donde podrá admirar las lujosas embarcaciones y disfrutar del ambiente marítimo dando un paseo. Muchos cafés y restaurantes ofrecen asientos con vistas al mar, perfectos para una comida al atardecer.
La cercana península de Formentor, con su famoso faro y sus espectaculares acantilados, es un popular destino de excursión y fácilmente accesible desde Port de Pollença.
Pollença es un paraíso para las actividades al aire libre. Senderismo por las montañas de la Serra de Tramuntana, ciclismo por senderos panorámicos o navegación por la costa son algunas de las actividades más populares.
La región es también un punto de encuentro para los amantes de la cultura. El festival anual de música del monasterio de Santo Domingo atrae a visitantes de todo el mundo. También hay numerosos talleres y cursos centrados en la artesanía local.
Para las familias, hay una gran variedad de actividades, desde excursiones a la playa hasta paseos en barco y museos para niños.
Antes de continuar, echemos un vistazo a los impresionantes paisajes y a los aspectos culturales más destacados de Pollença en este vídeo:
Pollença es indudablemente bella. La combinación de carácter histórico, ambiente mediterráneo y la belleza paisajística de Mallorca hacen de Pollença un lugar pintoresco y acogedor. El casco antiguo, el puerto y las montañas circundantes ofrecen un panorama que motiva a los visitantes a volver año tras año.
La belleza de Pollença se revela en sus edificios cuidadosamente restaurados, sus calles llenas de flores y sus impresionantes miradores. Es un lugar que apela a los sentidos además de ofrecer tranquilidad e inspiración.
Pollença tiene alrededor de 17.126 habitantes (en 2022). Esta cifra refleja tanto la población local como las personas de todo el mundo que han decidido fijar su hogar en esta pintoresca zona de Mallorca.
El número de habitantes pone de relieve la comunidad y el auténtico estilo de vida que se puede encontrar en Pollença. A pesar del interés turístico, Pollença conserva su carácter de municipio tranquilo y acogedor.
Los románticos callejones, los tesoros culturales y la belleza natural de Pollença son sólo algunas de las razones por las que los visitantes vuelven una y otra vez. Tanto si busca relajación, aventura o simplemente conocer la cultura mallorquina, Pollença ofrece un marco ideal para unas vacaciones inolvidables. Con un enfoque constante en el bienestar del medio ambiente y la promoción del turismo sostenible, Pollença es un lugar que seguirá inspirando a las generaciones futuras.
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